La Junta Central Electoral está ante un difícil, pero necesario equilibrio al tener que garantizar la seguridad y la salud en los colegios electorales el domingo, pero también afianzar el ejercicio libre y sin presiones del derecho al sufragio de los ciudadanos.
El artículo 212 de la Constitución proclama que la JCE debe velar porque los procesos electorales se realicen con sujeción a los principios de libertad y equidad.
El mismo texto constitucional prevé que durante las elecciones, el órgano comicial asumirá la dirección y el mando de las fuerzas públicas.
La excesiva militarización de los centros de votación con el pretexto de imponer condiciones rígidas de cumplimiento del protocolo sanitario equivaldría a trasladar a las elecciones del domingo el estado de anormalidad constitucional que ha estado vigente desde el 19 de marzo.
La JCE debe cumplir con normas de salubridad y seguridad que aseguren las condiciones para que los ciudadanos puedan acudir masivamente a los centros de votación a ejercer el sufragio.
Sin embargo, el órgano de elecciones también está llamado a entender que se trata de una delicada frontera conceptual para evitar que se puedan generar situaciones de excesos que provoquen temores entre los ciudadanos que propicien altos índices de abstencionismo.
El escenario anteriormente descrito representaría un grave atentando contra el derecho al sufragio de los electores.
Más que crear condiciones represivas en torno a la jornada electoral, de lo que se trata es de que la JCE vele por el equipamiento de material sanitario y procedimientos de desinfección en los centros de votación, tomando en cuenta la entrada general, las áreas comunes de circulación y las salidas.
Pese a que se negó a ampliar su protocolo sanitario, la JCE debe de dotar de implementos tales como alcohol en gel, mascarillas, jabón líquido, toallas desechables, así como acondicionar e identificar los planteles electorales.
Es preciso asegurar el protocolo de acción sanitaria sin sacrificar los derechos políticos, a fin de que se resguarde el derecho a la salud, pero también el derecho al voto.
Los partidos políticos deben estar atentos a esa línea imperceptible entre la salud y la democracia, puesto que no es normal que se concurra a un certamen electoral en la emergencia de salud pública del próximo domingo.
De hecho, las elecciones y los estados de emergencia son incompatibles, de acuerdo al criterio de la Comisión de Venecia, el centro de pensamiento del Derecho Constitucional más importante del mundo.
La JCE está a tiempo de ser transparente frente a partidos y sociedad para garantizar una jornada exitosa el domingo.
Por: Namphi Rodríguez
namphirodriguez@gmail.com
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