Reseña: Zemeckis hace “Brujas” para toda la familia
La historia todavía es fundamentalmente perturbadora en especial porque parece que hay un mensaje no tan sutil de que las mujeres sin hijos son peligrosos demonios
Sin importar cómo lo pongas, “The Witches” (“Las brujas”) es una historia muy perturbadora. No es que debieras esperar algo diferente de Roald Dahl, pero por algún motivo esta historia sobre un grupo de mujeres grotescamente desfiguradas que comen niños siempre ha parecido extra siniestra incluso dentro de su obra generalmente siniestra. Quizá es porque yo era niña cuando la adaptación de Nicolas Roeg se estrenó en 1990 y la imagen aterradora de Angelica Huston transformándose en una bruja calva me dejó una impresión perdurable. Para muchos niños de la época, “The Witches” de Roeg era su primer acercamiento al horror y a uno de tipo traumático.
Esto claramente no fue desestimado por la gente que contrató a Robert Zemeckis para hacer una adaptación para una generación diferente de niños. Hay muchos cineastas que habrían hecho una actualización adyacente a la de Roeg, pero en esta versión trataron de suavizar los filos y aligerar el tono. E incluso a pesar de que la historia todavía es fundamentalmente perturbadora (en especial porque parece que hay un mensaje no tan sutil de que las mujeres sin hijos son peligrosos demonios, que odian a los niños), Zemeckis le ha puesto un sello más brillante y apropiado para toda la familia.
Zemeckis coescribió el nuevo guion con Guillermo del Toro (Del Toro es también productor junto con Alfonso Cuarón) y Kenya Barris. Este grupo inesperado pero inspirado actualizó la historia para enfocarse en una familia negra en el sur de Estados Unidos en la década de 1960. Chris Rock hace la voz del protagonista, quien recuenta cómo fue su primer encuentro con una bruja cuando era un niño huérfano, interpretado por Jahzir Bruno. Sus padres mueren en un accidente de auto y él se muda con su abuela (Octavia Spencer), quien tiene su propia historia con brujas.
Cuando el chico se encuentra con una bruja en una tienda local, ambos escapan de su pueblito para esconderse en un elegante hotel. Desafortunadamente para ellos, La Gran Bruja (Anne Hathaway) decide realizar una convención en ese mismo lugar para lanzar un plan que convertirá a los niños del mundo en ratones.
Hathaway se transforma por completo en su papel de bruja con un acento exagerado que suena vagamente como de Europa del este y con gestos igualmente exagerados para ir a tono. Aunque es menos horrorosa que Huston, Zemeckis no se resistió a ir a lo grande con los efectos digitales poniéndole elaboradas cicatrices en las mejillas que se abren para convertirse en una boca tipo Venom cuando no está encubierta. Es más como una caricatura que un horror corporal, lo que parece haber sido el principio que guió toda la producción.
Extrañamente las partes más fuertes de la película se dan antes de que se desate todo el aspecto de las brujas cuando la abuela y el niño están juntos tratando de adaptarse a su nueva vida tras la dolorosa pérdida. Spencer es una delicia, una parte de ti desea que toda la película se tratara sólo de su vida juntos.
Una vez que llegan al hotel todo se convierte en el complot contra las brujas, hechizos y locas imágenes de generadas por computadora que casi no te dejan tiempo para respirar o disfrutar los personajes, incluso Stanley Tucci en el papel de gerente de hotel se ve un poco opacado por todo esto. También decidieron mantener un chiste sobre un niño gordo (que se convierte en ratón) y suele meterse en problemas por su deseo de comer, que se siente cruel, pasado de moda y fácil.
Pero a pesar de esto, Zemeckis ha hecho un trabajo fino con la película en general, lo cual era una victoria muy necesitada después de la terrible “Welcome to Marwen” (“Bienvenidos a Marwen”). Quizá no será tan emblemática como la de Roeg, pero sí proporciona entretenimiento para toda la familia. Y en el lado positivo, las pesadillas y el trauma después de verla será menor en esta ocasión.
“The Witches”, un estreno de Warner Bros. y HBO Max, tiene una clasificación PG-13 (que advierte a los padres que podría ser inapropiada para menores de 13 años) de la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (MPAA, según sus siglas en inglés) por “imágenes aterradoras, diálogos y elementos temáticos”. Duración 106 minutos. Dos estrellas y media de cuatro. La película se presenta actualmente en cines de México y está disponible en HBO Max en Estados Unidos.
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