La posición del presidente de la República y líder del Partido Revolucionario Moderno (PRM), don Luis Abinader, frente a la escogencia de los nuevos integrantes de la Junta Central Electoral (JCE), sienta un precedente en la historia de ese vital órgano constitucional, a favor del fortalecimiento de la democracia y de la institucionalidad del país.
El jefe de Estado fijó su posición, y la ha reiterado para que nadie lo dude, que desea una JCE independiente, objetiva y transparente. Y, para lograr ese objetivo, señaló que se debía seleccionar profesionales que no fueran militantes de partidos políticos.
Por otra parte, el ex presidente y líder del partido Fuerza del Pueblo (FP), doctor Leonel Fernández Reyna, coincidió perfectamente con el criterio del presidente Abinader. Más aún, Leonel aseguró públicamente que su organización no postulará a ninguno de sus miembros para que sean titulares o suplentes de la entidad rectora de los comicios. Y esto de por sí ya es un progreso inmenso en el tortuoso camino que ha transitado nuestra nación, en la construcción de su orden democrático.
En cambio, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), que mantiene como líder indiscutible al ex presidente licenciado Danilo Medina y que tiene al ingeniero Temístocles Montás como su presidente, solicitó que la conformación del pleno de la JCE, y los suplentes, se hiciera por consenso. Esto es, que las principales fuerzas políticas y la llamada sociedad civil se pusieran de acuerdo para señalar los aspirantes de sus preferencias que serían designados.
Pensamos que el PLD tiene derecho a mantener su criterio o cambiarlo. En caso de que se aprobara el planteamiento del partido morado de la estrella amarilla, estaríamos reeditando el método tradicional. Ya se ha comprobado, por la experiencia en los procesos electorales anteriores, la eficacia o no de esa modalidad. Hay que evitar las sospechas de parcialidad en la rectoría de la JCE.
El Senado de la República tiene la última palabra. Posee el mandato constitucional de designar a los nuevos miembros de la JCE. Hizo su llamado a concurso público. Evaluará a los que somos aspirantes y juramentará a los agraciados en ese proceso.
Ahora bien, la sociedad toda reclama y espera que en la JCE sean designados incumbentes que no tengan militancia partidaria. Eso asegurará la confianza, independencia, objetividad, imparcialidad, eficacia y eficiencia en la organización y en los resultados de las elecciones.
La pluralidad de criterios y acciones es un principio democrático.
A los partidos políticos y a las demás fuerzas vivas de la sociedad les asiste el derecho a fijar su posición. Lo importante es que se logre el respeto a la voluntad popular, expresada en las urnas.
Por: Rafael Ciprián
rafaelciprian@hotmail.com
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