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Crisis climática amenaza la seguridad alimentaria de los indígenas de Canadá

Un informe dado a conocer este miércoles por la organización Human Rights Watch (HRW) advierte de que el cambio climático amenaza la cadena alimentaria de los indígenas canadienses a la vez que acusa al Gobierno de incumplir sus compromisos para la reducción de gases con efecto invernadero.

El informe, “Mi temor de perder todo: la crisis climática y el derecho a la alimentación de los indígenas de Canadá”, destaca que las fuentes tradicionales de alimentación de las comunidades aborígenes están desapareciendo a consecuencia del cambio climático.

Al mismo tiempo, Canadá se está calentando dos veces más rápido que la media mundial, aunque en el norte del país, el segundo más extenso del mundo después de Rusia, la velocidad es tres veces mayor.

HRW también resalta que, aunque Canadá es el país número 39 en población (en 2019 tenía 37,5 millones de personas), ocupa el décimo puesto en emisiones de gases con efecto invernadero, lo que supone entre tres y cuatro veces más por habitante que la media mundial.

La ONG critica que, pese a estas realidades, el Gobierno del primer ministro Justin Trudeau no ha establecido objetivos adecuados para reducir sus emisiones de carbono y que, incluso en estas circunstancias, Canadá no va a cumplir los objetivos a los que se comprometió en el Acuerdo de París.

“Canadá ha incumplido siempre todos los objetivos de mitigación que se han establecido. El Gobierno debería finalmente hacer realidad su promesa de actuar contra la crisis climática con un ambicioso plan de reducción de emisiones para 2030 como parte de sus compromisos en el Acuerdo de París”, explica a Efe Amanda Klasing, portavoz de HRW.

Según Klasing, la crisis alimentaria creada por el cambio climático en las comunidades indígenas del país es dramática.

“Hemos documentado niños que van con hambre al colegio. Ancianos que reducen sus comidas. Aumento de los riesgos para los que son incapaces de seguir dietas recetadas por los médicos. Con Canadá calentándose dos veces más rápido que la media global, estos impactos son el presagio de que lo que viene, es peor”, enumera.

Para realizar el informe de 122 páginas, HRW entrevistó a más de 120 indígenas en zonas septentrionales de Canadá, así como personal médico, educadores, expertos en medio ambiente y salud. Los autores del informe también revisaron investigaciones académicas y estudios científicos.

En varias de las localidades estudiadas, los habitantes advirtieron de que sufrían dramáticas reducciones en las cantidades de alimentos que podían recoger, así como crecientes dificultades y riesgos para procurar alimentos del territorio.

En concreto, el cambio climático modifica las condiciones del hielo y el permafrost (una capa del suelo que está permanente congelada), aumenta el número e intensidad de incendios forestales, eleva la temperatura de las aguas, altera las precipitaciones y hace que las condiciones meteorológicas sean más impredecibles.

Y aunque las comunidades indígenas están intentando enfrentarse a la crisis climática con métodos tradicionales, como las redes de distribución comunitaria de alimentos, o con otros novedosos, como la creación de sistemas de vigilancia de los impactos del cambio climático en su medio ambiente, HRW considera que no cuentan con el apoyo de las autoridades canadienses.

“Subsidios, recursos sanitarios y otros necesarios para responder a menudo no están disponibles, son insuficientes o no llegan a los que más lo necesitan”, dicen los autores.

Klasing señala que los compromisos de Ottawa de trabajar con los indígenas del país para responder a la inseguridad alimentaria y la crisis climática necesitan verse respaldados con acciones de financiación concretas o se convertirán en nuevas promesas rotas del Gobierno canadiense hacia los aborígenes del país.

“El Gobierno canadiense se ha comprometido a trabajar con los indígenas para responder a la inseguridad alimentaria y el cambio climático. La última vez fue en el discurso del trono de septiembre de 2020”, recalca.

“No queda mucho tiempo para que se puedan cumplir estas promesas y hacerlas realidad para los indígenas, que son los más afectados por la crisis climática”, declara Klasing.

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