Opinión

Guerra, verdad y periodismo

Pablo McKinney
pablomckinney@gmail.com

La invasión de Rusia a Ucra­nia ha traído de vuelta la ci­tada frase: “La primera víc­tima de una guerra es la verdad”. Pero no sólo la ver­dad, ahora también el periodismo es víc­tima inevitable de cualquier conflicto bé­lico.

Y es que, por lo menos en el caso de los grandes y mundiales medios de comuni­cación escritos, estos pertenecen a unos señores que tienen sus propios intereses; lo que, luego de la crisis del periodismo tradicional que la revolución tecnológica ha generado, ha provocado que la inmen­sa mayoría de los grandes diarios y tam­bién de los pequeños no sea ya rentable por sí sola, y tengan sus dueños que com­pensar sus perdidas con las ganancias de otros negocios.

Esto ha provocado que, – más que nun­ca- la administración financiera de los diarios predomine absolutamente sobre la dirección de prensa; que era una vieja batalla que unas veces ganaba el director y otras veces el administrador.

Pero el asunto es peor: Esta nueva reali­dad del periodismo mundial que se va im­poniendo inexorable y se agrava con el pro­ceso de concentración de medios en manos de grandes corporaciones mundiales que tienen su agenda política y económica pro­pia y sin prurito moral ni disimulo alguno consideran la Noticia como una vil mercan­cía más, -como una tostadora, un carro o una pizza-, y como tal la tratan.

En esa nueva fauna, el periodista busca la manera de hacer su trabajo sin ceder to­talmente a las presiones, ni tampoco caer en la trampa del cinismo, tan de moda.

Era la crítica del legendario periodis­ta, Ryszard Kapuscinski, quien considera­ba que habíamos llegado al gris momen­to en que los medios más que observar una realidad de la manera más objetiva posible para poder contarla, participan en ella, convertidos en protagonistas, y manipulándola a favor de los intereses de sus dueños.

Es por todo lo anterior que para te­ner una mirada más o menos objetiva de lo que hoy ocurre en Ucrania, uno reco­mienda leer o ver a RT (Rusia), DW, (Ale­mania), CNN (USA), Al Jazeera (Catar) y Global Times (China), y luego dividir en­tre cinco. Las grandes corporaciones due­ñas de los medios (que ya gobiernan a los gobiernos), han provocado que la verdad sea hoy apenas un espejo roto que refle­ja los versos de Ramón de Campoamor: “Todo es según el color del cristal con que se mira…”.

Comentarios para este artículo

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba
¿Quieres recibir avisos de nuevas noticias? OK No Gracias