Opinión

La Policía Nacional no tiene las mínimas condiciones para protegernos

La institución por excelencia y por ley llamada a proteger a todos los ciudadanos, la Policía Nacional, no solo ha demostrado ser deficiente en el desempeño de sus funciones, sino que en múltiples ocasiones, por su nivel de incompetencia y permisividad, ha servido de facilitador para que la delincuencia haga y deshaga a costa de la seguridad, la paz y la convivencia de todos.

Tantas son  las situaciones que han vivido los dominicanos a manos de los agentes llamados a protegernos, que el temor es idéntico si vemos a dos delincuentes montados en una motocicleta como si vemos a una patrulla de la Policía. La distinción, por reputación y por los hechos, es difusa.

En tal sentido, las deficiencias que tiene nuestra Policía, más que materiales y económicas, también tienen un rezago de voluntad y de dirección del principal responsable. No se trata únicamente de decir que a la Policía le hacen falta recursos. Para mí, la mayor deficiencia que tiene la institución del orden tiene que ver con los recursos humanos, su forma de reclutamiento y la manera en que se mantienen por años los subalternos, suboficiales y, en ocasiones, también los oficiales.

Los policías son, antes que cualquier cosa, seres humanos que sienten, padecen, sufren, lloran, ríen. ¿Acaso alguien ahí dentro se ha preocupado por la salud mental de los que están en las calles?, ¿se le da seguimiento psicológico a los llamados a proteger a los dominicanos? Es sumamente triste lo que está ocurriendo con nuestra sociedad, y lo menos que nosotros -los dominicanos- podemos otorgar a las autoridades es más tiempo para resolver la situación, sobre todo, porque este problema ya viene desarrollándose hace décadas con sus feroces consecuencias. Con el trágico destino de Leslie Rosado tocamos fondo, es más, estamos ya debajo del fondo.

Comentarios para este artículo

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba
¿Quieres recibir avisos de nuevas noticias? OK No Gracias